Dieta para Patologías Digestivas

Reflujo gastroesofágico: La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología en la que el contenido estomacal pasa del estómago al esófago, lo que causa acidez, entre otros síntomas. El reflujo gastroesofágico se puede controlar de una manera eficaz con tratamiento farmacológico y nutricional. El reflujo empeora con los malos hábitos dietéticos tales como el consumo de comidas muy copiosas, ricas en alimentos grasos y alimentos irritantes, por lo que resulta fundamental adaptar la alimentación a dicha patología para aliviar la sintomatología asociada.

Hernia de hiato: Se produce cuando la parte superior del estómago asciende hacia el tórax a través de una abertura en el diafragma denominada hiato. Este desplazamiento del estómago provoca lo que se conoce como “reflujo gastroesofágico”, ocasionando malestar a la persona que la padece, así como otros síntomas tales como ardor, quemazón. Esta patología suele empeorar tras las comidas, en especial, si se realizan comidas muy copiosas. Una buena alimentación mejora de manera considerable la sintomatología asociada a la hernia de hiato.

Diverticulosis: La diverticulosis es una anomalía en el colon, la cual se caracteriza por la presencia de divertículos. Si estos divertículos se inflaman, se produce lo que se conoce como “diverticulitis”. Esta patología puede ser asintomática o cursar con sintomatología. La sintomatología más frecuente es el estreñimiento, por lo que resulta fundamental adaptar la alimentación para evitar complicaciones. Es fundamental llevar a cabo una alimentación rica en fibra, así como una ingesta adecuada de líquidos.

Enfermedad inflamatoria intestinal: Se entiende por enfermedad inflamatoria intestinal al conjunto de trastornos digestivos que cursan con inflamación crónica del tracto digestivo. Entre ellas cabe destacar la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Ambas patologías cursan con diarrea, sangre en las heces, dolor abdominal, fatiga y pérdida de peso, entre otros. La alimentación desempeña un papel fundamental en la enfermedad inflamatoria intestinal, ya que en función de la etapa y el curso de la enfermedad se pueden manifestar ciertas intolerancias alimentarias temporales, por lo que resulta necesario adaptar la alimentación en función de la sintomatología asociada y la etapa en la que se encuentre la enfermedad.

Helicobacter pylori: La infección por helicobacter pylori se produce cuando dicha bacteria infecta al estómago. Entre los síntomas asociados, se pueden destacar el dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, eructos, hinchazón, pérdida de peso involuntaria, entre otros. Dicha bacteria puede provocar que se produzcan úlceras pépticas, lo que requiere llevar a cabo ciertas recomendaciones dietéticas, priorizando aquellos alimentos que son mejor tolerados.

Estreñimiento. El estreñimiento agudo se puede aliviar con una alimentación equilibrada y hábitos como la ingesta de agua o la práctica de ejercicio físico. Cuando el estreñimiento se cronifica es porque hay otra patología de fondo por lo que tendremos que revisar los informes médicos y personalizar la alimentación en función del caso.