La clave para mantener hábitos saludables no está en la fuerza de voluntad, sino en la estrategia. Si lo haces fácil, lo harás sostenible.
Empieza por pequeños cambios: cambia las bebidas azucaradas por agua con limón o infusiones, añade una verdura extra a tu comida o haz 10 minutos de movimiento al día. No subestimes el poder de lo sencillo y constante.
Establece rutinas que se adapten a tu vida. Si sabes que no vas a cocinar todos los días, planifica con antelación y ten opciones saludables listas. El entorno también ayuda: si no tienes ultraprocesados a mano, no los comerás por impulso.
Y lo más importante: no te castigues por fallar un día. Los hábitos se construyen con paciencia. Céntrate en el progreso, no en la perfección. Cada pequeño paso cuenta.