Comer sano no tiene por qué ser aburrido ni complicado. De hecho, ¡puede ser una forma divertida de compartir tiempo en familia! Apostar por recetas equilibradas, sabrosas y sencillas es el mejor camino para que todos, desde los peques hasta los mayores, disfruten comiendo bien.
Piensa en opciones como tortillas de verduras al horno, pasta integral con salsa casera de tomate y atún, o hamburguesas de lentejas. También puedes preparar snacks saludables como bizcochitos de avena y plátano o palomitas caseras al aire.
Involucra a los niños en la cocina: si participan, es más probable que se animen a probar nuevos alimentos. El truco está en combinar ingredientes conocidos con otros nuevos de forma atractiva y colorida.
Cocinar saludable en familia es cuidar, educar y disfrutar a la vez. ¡Una receta perfecta!