Perder peso no debería ser una carrera contrarreloj, sino un camino hacia el bienestar. Olvídate de las dietas milagro y los extremos. El enfoque saludable se basa en tres pilares: alimentación equilibrada, movimiento diario y constancia.
Empieza por revisar tu plato: incorpora más vegetales, proteínas magras y grasas saludables. No se trata de comer menos, sino de comer mejor. Hidrátate correctamente, duerme bien y, sobre todo, evita saltarte comidas. Esto solo ralentiza tu metabolismo y aumenta los atracones.
También es importante moverse. No hace falta entrenar como un atleta: caminar, subir escaleras o hacer una rutina corta en casa ya marcan la diferencia. La clave está en ser constante y disfrutar del proceso.
Por último, no te castigues si un día te sales del plan. La flexibilidad también es parte de un estilo de vida saludable. Pierde peso cuidándote, no castigándote.