La nutrición es el motor que impulsa tu rendimiento. Comer bien antes, durante y después del ejercicio puede marcar la diferencia entre una buena sesión y una excelente.
Antes de entrenar, prioriza una comida con carbohidratos de absorción lenta (como avena o arroz integral) y algo de proteína. Evita las grasas pesadas que pueden ralentizar la digestión. Durante el ejercicio, si este es muy prolongado (más de 60-90 minutos), puedes necesitar electrolitos e hidratos de carbono simples para mantener la energía.
Después de entrenar, tu cuerpo necesita reponerse: combina proteínas de calidad (huevo, pescado, legumbres) con carbohidratos para reponer el glucógeno muscular. Hidratarse también es crucial: no solo agua, sino también sales minerales si has sudado mucho.
La nutrición deportiva no es solo para atletas: cualquiera que quiera rendir mejor puede beneficiarse de una buena estrategia alimentaria.